La deglución es una acción automática, en la que actúan músculos de la respiración y del aparato gastrointestinal.
Consiste en el paso del alimento desde la boca a la faringe y luego hasta el esófago. Los alimentos masticados por los dientes, amasados por la lengua y humedecidos por la saliva, toman forma de una bola de consistencia pastosa conocida por los expertos como el bolo alimenticio.
En Niños se deglute de 600 a 1000 veces por día.
En adultos entre 2400 y 2600 veces por día.
Deglutimos menos por la noche al estar en un estado de reposo y más cuando masticamos y hablamos por ser funciones que quieren mayor polución de saliva.
Deglución atípica o hábito de lengua
Es una función que se aleja de lo normal. Por ejemplo, al ingerir los alimentos la lengua se proyecta sobre los dientes en vez de posicionarse el dorso y punta de la lengua sobre el paladar.
Provocando que por la constante proyección de la lengua, los dientes comiencen a desplazarse gradualmente hacia afuera, se crean espacios entre los dientes, se observa una mordida abierta la apariencia de no engranar los dientes de arriba con los de abajo.
¿Cómo evitarlo?
Si se está en una etapa de crecimiento, como es el caso de los niños, las estructuras dentales y huesos son propensos a deformarse con mayor facilidad. Y si es en adultos, podemos ejercer tanta fuerza que se podrían desplazar y terminar cayendo los dientes, ya que con la mecánica de ingesta incorrecta vamos degenerando el tejido duro que es nuestro hueso que rodea y sostiene a los dientes.
Este hábito tenemos que erradicarlo, ya sea con aparatos de ortopedia, ejercicios, ortodoncia. Por lo que es importante diagnosticarlo a tiempo.
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